Ya no soy la misma de antes, lo sé. He cambiado. No sé exactamente si para bien o para mal, pero he cambiado.
Mucha gente me lo dice últimamente. "¿Qué te pasa? Antes no eras tan borde".
Sí, lo sé, pero qué se le va a hacer: al que le guste, perfecto, y al que no, que mire hacia otro lado. Y es que estoy harta de dejarme pisotear, o de agachar la cabeza sin más. últimamente, muchas de las cosas que digo y hago tienen un tono sarcástico, irónico, socarrón. Que me estoy volviendo una borde, vamos.
A veces pongo la excusa de que es el aire de Valladolid, que tanto tiempo en contacto con él, pues algo tendría que acabar quedándose en mis pulmones, y así pasa.
Aquí la gente es fría, arisca y antipática. Nadie ayuda a nadie por el placer de ayudar sin recibir nada a cambio. Siempre van con la manita delante, para que les des algo en pago por sus servicios.
¿Y por qué? ¿Por qué tanto egoísmo? ¡Vamos! ¿Qué hay de la solidaridad y ese tipo de cosas?
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