Parece una decisión absurda, parece que no lo he meditado, que es demasiado repentina... Pero estoy harta de muchas cosas.
No soy el segundo plato de nadie, y estoy cansada de sentirme como tal.
A aquellos que se comunicaban conmigo a través de Messenger o Twitter: Adiós. Buscaos otra forma de contactar conmigo, porque yo paso de ponerme en bandeja para nadie y acabar luego con las sobras de la cena de anoche.
Tal vez no esté siendo justa, quién sabe. Pero hay cosas que duelen, mucho. Muchísimo. Ni os podéis imaginar cuanto.
Sé que soy injusta con cierta golondrina (Descuida, pequeña. Te daré la vara por Tuenti), pero los bocados de un lobo en particular, empiezan a ser demasiado fuertes, y me empiezan a hacer heridas.
Que tal vez no entienda a qué narices viene esto, lo sé. Bueno, si quiere una explicación, que la busque. Si no se interesa en saber qué diablos pasa, me responderá a un par de preguntas automáticamente, y le aseguro que no volveré a molestarle nunca más.
No seré nunca más un problema para ti, bombón.
Y tranquilos: el águila seguirá surcando estos cielos.
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