martes, 19 de marzo de 2013

Son nuestros sueños los responsables de las ilusiones en vano. Los que nos ponen en una plataforma y nos permite mirar por encima del hombro a las nubes. Los que nos meten el "Puede ser" en la cabeza. 
Y también son los que nos empujan, nos hacen caer y no frenan la caída. Son los que esperan a que te estrelles contra el asfalto y ni siquiera te ayudan a ponerte en pie. Mucho menos a recoger los pedazos. 

lunes, 11 de marzo de 2013

Por el miedo a equivocarnos.

Voy a proponer un brindis. Un brindis por ese momento de duda. Por ese tartamudeo, por esa voz quebrada. Por aquel suspiro que ahogamos.
Un brindis por las palabras que hundieron al suspiro, y por las que amordazaron a los latidos. Por un corazón desbocado por los nervios, y por otro dolorido de tanto chocar con las costillas.
Brindemos también por todos los “Y si…” que alzaron el vuelo en nuestra cabeza. Por las dudas que se despertaron bostezando y frotándose los ojos. Por los temores que martillearon nuestras sienes.
Pero también por todos los “¿Qué hubiera pasado si lo hubiera hecho?”, por todo lo que hubiera pasado, por lo que no, por los errores y los aciertos cometidos, por lo que hemos perdido y por lo que no hemos ganado. Por todo lo que hubiéramos podido tener si las dudas, las voces quebradas, los suspiros ahogados, las palabras mal escogidas, las dudas y los temores no hubieran estado ahí.
Propongo un brindis: ¡por el miedo a equivocarnos!

sábado, 2 de marzo de 2013

Fuerza y honor.



Una lucha. Una lucha constante. Un lobo es fuerte, un lobo es un animal orgulloso que no se dejará vencer por nada, y menos aún por uno de sus semejantes.
Pero también es leal. Leal y honorable. Una criatura que no dudaría en interponerse entre un adversario y un lobo de la manada. Que no dejaría a ninguno atrás. Que arriesgaría la propia vida por la de otros.
"El hombre es un lobo para el hombre"
Y como tal, nos devoraremos a gritos, a besos y a mordiscos hasta que no quede de nosotros más que un saco de piel y huesos magullado y extenuado.
Y seguirás importándome, hasta el final. Y puede que incluso después de que mi corazón deje de latir.