domingo, 30 de marzo de 2014

"A veces llega un momento en que te haces viejo de repente, sin arrugas en la frente pero con ganas de morir. Paseando por las calles, todo tiene igual color. Siento que algo echo en falta, no sé si será el amor. Me despierto por las noches entre una gran confusión. Es tal la melancolía que está acabando conmigo. Las estrellas en la noche han perdido su esplendor".

viernes, 14 de marzo de 2014

Añoranza.

Le extraño. Mucho y a todas horas. Porque ya no puedo mirar hacia arriba, acercar mi cara a la suya y esperar que se incline para besarme. Porque ya no puedo decirle dónde voy a estar y esperar que vaya a verme. Porque ya no puedo recordarle cuán gratificante es el sonido de su risa para mí. Porque no puedo coger su mano y disfrutar de su frío y suave tacto. Porque ya no puedo recibir su olor y refugiarme en él.
Le extraño porque no puede decir que sí. Porque no quiero que diga no. Le extraño porque aunque sigue ahí, cada vez se aleja más.
  Le extraño porque no debo pedirle que se quede conmigo.

sábado, 8 de marzo de 2014

Querer con rabia.

Demasiado pronto. Demasiado tarde. Poco importa del momento en el que llegué, salvo el hecho de que no era el apropiado.
¿Sabéis lo que es la rabia? ¿Sabéis lo que es la impotencia? ¿Sabéis lo que es querer y no poder? Lo que es sentir y no deber. ¿Sabéis lo que es querer con la rabia y la impotencia de no poder querer? A veces desearía no tener ese maldito don para llegar cuando no debo. 
A veces desearía no sentir con rabia. A veces no quiero ni verle y el resto del tiempo quiero fundirme en su fuego, como si fuese de cera. A veces quiero hacerle sonreír hasta que le duelan las mejillas, y el resto del tiempo me doy cuenta de que no puedo.
A veces necesito que me necesite. A veces necesito no necesitarle. A veces creo que le quiero con rabia y otras me da rabia quererle. Porque no quiero. Porque no debo. Porque no quiere. Porque no puede.