viernes, 14 de marzo de 2014

Añoranza.

Le extraño. Mucho y a todas horas. Porque ya no puedo mirar hacia arriba, acercar mi cara a la suya y esperar que se incline para besarme. Porque ya no puedo decirle dónde voy a estar y esperar que vaya a verme. Porque ya no puedo recordarle cuán gratificante es el sonido de su risa para mí. Porque no puedo coger su mano y disfrutar de su frío y suave tacto. Porque ya no puedo recibir su olor y refugiarme en él.
Le extraño porque no puede decir que sí. Porque no quiero que diga no. Le extraño porque aunque sigue ahí, cada vez se aleja más.
  Le extraño porque no debo pedirle que se quede conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una crítica constructiva siempre se agradece. Gracias de antemano ^^