martes, 2 de septiembre de 2014

Incoherencias varias.

¿No te resulta frustrante cuando quieres, cuando necesitas hablar de algo sin parar y no encuentras las palabras? ¿Alguna vez has necesitado soltar lastre hasta quedarte completamente vacío?

No puedo. Yo no puedo porque me siento hueca. Porque cada maldita palabra crea eco en mi cabeza. Incluso la música hoy reverbera en mi interior. Cualquier sonido martillea mis huesos, de la cabeza a los pies. Me duele todo, tengo náuseas y no soy capaz de comer nada. No es resaca, pero me deja tan mal cuerpo o peor como si de ello se tratase.

El verano ya está redactando su discurso de despedida y sigo helada. Siento que no puedo avanzar y que, si lo hago, tengo que enfrentarme a un abismo de miedo y dudas.

Hoy he recibido una noticia terrible y otra que amenaza con tener una continuación igual de fatídica. Hoy me pregunto el por qué de todo. ¿Por qué el planeta no gira al revés? ¿Por qué nacemos lejos de la gente que creemos que necesitamos? ¿Por qué creemos que los necesitamos? ¿Por qué se acaba todo cuando creemos que iba bien? ¿Por qué el mundo, que tiene todo el tiempo para sí mismo, se empeña en caminar dando largas zancadas de gigante? 

Es como si todos tuvieran prisa por llegar a alguna parte y creo que me estoy quedando atrás. Creo que hace tiempo que me dedico a contemplar cómo los demás progresan, cómo siguen adelante y que, a veces, he querido cogerles la mano y seguir con ellos. Pero es como si nadie pudiera llevarme consigo, o como si no quisieran que tome su mano. Creo que llevo tiempo estancada en el mismo sitio, y soy incapaz de moverme.

No sé cómo terminar esta entrada. Tal vez debería continuar escribiendo hasta que salga algo de mi cabeza. Algo que no sea neblina, algo consistente y coherente. ¿Una decisión? Ni siquiera sé cuáles son las opciones. Sólo sé en quiénes pienso mientras plasmo estas palabras en una estúpida entrada de un blog que nadie lee. O igual si hay alguien perdiendo el tiempo con esta majadería. No tiene sentido, no trates de encontrarlo.

Mi cabeza va y viene. Se detiene en miradas, en gestos, en "Ojalá alguien me mirase a mí como os miráis vosotros". Retrocede y busca eso en mi vida. No lo encuentro. Sé que he mirado con esos ojos pero que mis pupilas no obtuvieron respuesta. Es estúpido añorar algo que nunca hemos tenido, ¿no? Soy estúpida. Soy estúpida y quiero hacer una locura. Por mí. Por alguien. ¿Pero para qué? Para nada. No es una locura factible. No puedo. No debo. No debería.

You know I'll fight my corner. Maybe tonight I'll call you, after my blood turns into alcohol. Oh, I just wanna hold you. Give a little time to me or burn this out. We'll play hide 'nd seek to turn this 'round. All I want is the taste that your lips allow.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Lately I've been wakin' up alone.

El verano sigue. El verano amenaza con terminarse. Y no hace calor.

El sol no cae a plomo sobre la calle como otros años y hay algo dentro de mí que se remueve inquieto.

Algo con anatomía humana. Algo de cuerpo menudo y raquítico, con la cabeza ovalada y apenas cubierta por unas finas y largas hebras de cabello lacio. La piel mortecina y blanca deja ver venas negruzcas por todo su cuerpo, sobre todo en las manos. Esas manos esqueléticas de dedos alargados y puntiagudos coronados por unas uñas sucias y afiladas. Unas uñas con las que se clava a las paredes de mi cuerpo y se mueve por todo mi interior a su antojo.

Es algo que apenas tiene el tamaño de mi puño pero que vapulea mis órganos cuando le viene en gana. Le encanta anudarme el estómago. Adora arañarme el corazón hasta que sangra y a veces clava las uñas en mi tráquea hasta que me duele respirar. Suele golpearme insistentemente la cabeza hasta que me mareo y pierdo el equilibrio.

No le gusta que me estremezca si no es por el frío o por el llanto. No permite que me ría sin llenarme la cabeza de neblina y recuerdos amargos.

Hay algo dentro de mí que me odia y que quiere acabar conmigo. Algo que se alimenta de mi dolor y de mi melancolía. Algo que cobra fuerza cuando lo que hay a mi alrededor me ahoga. Que se regodea en mis noches de insomnio.

El verano sigue y yo aún tengo frío. Hace mucho que no siento calor y no dejo de tiritar. 

jueves, 10 de julio de 2014

Recuerdos

- ¿Qué pasa, amore?
- Nada.
Mi sonrisa no parecía tranquilizarle. Él me miraba con el semblante serio, pero con una leve sonrisa en los labios.
La tarde, en verdad, era espléndida: el Sol desparramaba su luz sobre Valladolid y las nubes no se atrevían a cubrir el cielo. Ni frío, ni calor... y, entre sus brazos, todo se veía aún mejor.
Miré al cielo una vez más, intentando ahogar la angustia que se apoderaba de mí por momentos, y evité su mirada. Jack me sostuvo la barbilla con los dedos y me hizo mirarle de frente. Forcé una sonrisa, intentando tranquilizarle, pero era inútil; ambos sabíamos que, en cosa de dos horas, nuestro pequeño mundo se empezaría a desvanecer a medida que el tren se alejara de la estación.



Jamás podría haber imaginado que aquel estado de tambaleante y frágil felicidad sería tan vaporoso. O quizás era consciente y simplemente me negaba a aceptar la realidad. Sea como fuere, a día de hoy aquello es mi mayor acierto y uno de mis peores errores. Y no me arrepiento de nada.


A mi yo de 25 años

Si donde vives no hay mar, estás haciendo algo mal.

martes, 8 de julio de 2014