domingo, 29 de agosto de 2010

Déjame aquí, quieta, acurrucada... ardiendo, consumiéndome entre las llamas, atándome al fuego que nos envuelve, sentada en el océano de lava, rodeada por tus alas de ángel, desafiando a tus pupilas en una mirada arrebatadoramente tímida, presionando tu espalda con mis dedos, aferrándome a tí... No voy a permitir que te aleje de mí... Lucifer no podrá sacarte de éste mundo mientras yo pueda impedirlo.
Es mío, maldito bastardo, no puedes llevártelo así, sin más. No puedes dejar nada a cambio porque él vale más que nada en el mundo. No tiene precio, y su alma es mía, ¿ me oyes ? ¡Mía!
Porque un corazón encendido de amor quema más que el fuego del infierno al que le quieres arrastrar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una crítica constructiva siempre se agradece. Gracias de antemano ^^